Blog de los alumnos de 2ºD (primaria) de la Facultad de Ciencias de la Educación (Córdoba)

Si pudiéramos retroceder doscientos mil años y traernos un niño al siglo actual le bastaría pocos días para acabar jugando a la consola como cualquier joven o infante de nuestro siglo.

Del mismo modo cualquiera de nosotros podría volver al pasado con los parientes de ese niño y sorprendernos al poco cazando mamut o haciendo fuego chascando piedras.

 Por lo que he podido descubrir , el cerebro humano no ha evolucionado , es el mismo de hace miles de años pero viene dotado con todos los accesorios que va a necesitar, como si fuera una gran caja de herramientas que le permite ir adaptándose a las distintas situaciones nuevas.

 En eso somos muy diferentes al resto de animales, los pájaros por ejemplo instintivamente pueden hacer un nido, y es que nacen con una serie de conocimientos digamos inscritos en sus genes. Sin embargo los seres humanos nacemos con vacíos de información como si de un recipiente nuevo se tratase pero eso sí, con una mayor capacidad para aprender y rellenar ese espacio previo, y para aprender y desarrollar nuestra inteligencia necesitamos estar en sociedad, lo que facilita que el cerebro actual y el de hace miles de años, se adapten a los cambios del entorno, es que conviven con otros cerebros. Somos cerebros sociales

 ¿ Por qué escribo ésto?  Bien, con sólo mirar a alguien hacer algo, tú puedes aprender a hacerlo también y si intentas imitar lo que el otro está haciendo, entonces aprendes más deprisa…¿ Habría que intentar aplicarlo a la educación entonces? La práctica mental es eficaz, ya que si nos imaginamos haciendo algo puede influir en nosotros a la hora de realizarlo, una influencia sutil pero significativa.

 Ya podríamos tener en plena Facultad de la Educación más ejemplos espejos donde poder sentirnos reflejados diariamente de un sentido docente y tener menos munición vocal de una hora y poco de duración con presentaciones distrayentes.

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