¿Vivir el presente o defender nuestro futuro?

Como todos conocemos por los distintos medios de comunicación y algunos artículos de nuestra revista, desde el pasado mes de Abril, el Ministerio de Educación ha decidido realizar una serie de recortes en educación mediante el aumento del número de alumnos por clase en la enseñanza básica y obligatoria, el aumento de horas lectivas del profesorado y de las tasas universitarias y el recorte de becas, entre otras.  Todas estas medidas afectan drásticamente a la calidad de la enseñanza, y a nosotros como estudiantes y futuros maestros nos afecta doblemente, es por ello que debemos luchar por nuestros derechos e intentar parar esta reforma.

Pero en el momento de curso en el que nos encontramos se nos plantea un conflicto moral, queremos luchar por nuestros derechos y no ser manipulados, a la vez que,  encontrándonos en un final de curso debemos de terminar todos los trabajos que tenemos y preparar los exámenes. Pues si no cumplimos con nuestro deber no aprobaremos, pero ¿qué ocurrirá si aprobamos y las medidas adoptadas por el Ministerio de Educación son aplicadas? Es probable que muchos de nosotros,  nos veamos obligados a dejar nuestros estudios porque nuestras familias no tengan los medios económicos para poder costearnos una educación, y entonces ¿para qué nos habrá servido estar estudiando si no podremos continuar?

Con esta entrada, no quiero inducir a nadie a que asista o no a manifestaciones, sino tratar de expresar la incertidumbre que se nos plantea para actuar ante este momento tan crítico y por último, lanzaros una pregunta que puede servirnos de reflexión, ¿pensáis que la fecha en la que se anunció por primera vez las medidas que se iban a tomar fuera simple casualidad? En mi opinión, el Ministerio ha sido muy astuto pues en este momento es muy difícil movilizar a todos los estudiantes para frenar estos recortes.